9/06/21

Acto de reparación y desagravio a Nuestro Señor Jesucristo, en ocasión de la Consagración al Corazón Inmaculado de Nuestra Señora de Coromoto, Patrona de Venezuela (2011-2021).

 

Señor Jesús, tu misericordia es infinita, pero tu inmenso amor a los hombres no ha sido correspondido por causa de nuestra ingratitud, olvido, negligencia y menosprecio.

Recordamos que desde antiguo, fueron rechazadas la justicia y la paz, pues cada cual abandonó el temor de Dios, se ofuscó en su fe y dejó de caminar según las normas de sus mandatos, ni se comportó como conviene a Cristo; sino que cada quien ha caminado según las pasiones de su perverso corazón, al acoger una injusta e impía envidia por la cual también la muerte entró en el mundo (cf. San Clemente I, III,4). Recordamos como Caín ofreció a Dios un sacrificio de los frutos de la tierra y Abel también se lo ofreció de los primogénitos de su rebaño. Dios miró propicio a Abel y sus dones, pero no se fijó en Caín y sus sacrificios; por maldad Caín se lanzó contra su hermano Abel y lo mató (cf. Gn 4,3-8). Asimismo, la envidia obligó a Moisés a huir de la presencia del Rey de Egipto; por envidia también Aarón y María vivieron fuera del campamento. (Cf. Num 12). 

Invocando los méritos de los Santos apóstoles Pedro y Pablo, los confesores de la fe, los santos Padres de la Iglesia: San Ignacio de Antioquia, San Clemente, San Atanasio, San Agustín, San Gregorio Magno, y todos los Santos de Dios; con gran conciencia y arrepentimiento, así como lo hizo el Rey David, venimos a presentarnos ante ti, Señor; para reparar, con especiales homenajes de honor, nuestra frialdad indigna y las injurias, sacrilegios e indiferencias con que, en todas partes hemos herido tu  Sacratísimo Corazón.

Recordando que también nosotros alguna vez nos manchamos con tal indignidad de la cual nos arrepentimos ahora vivamente, deseamos, ante todo, obtener para nuestras almas tu Divina Misericordia, dispuestos a reparar, con voluntaria expiación, no sólo nuestros propios pecados, sino también los cometidos en nuestra nación y por nuestras Iglesias particulares, alejándonos del camino de la salvación y obstinados en nuestra infidelidad, junto a quienes no te aceptan como a Pastor y Guía, y quienes no hemos cumplido las promesas hechas en nuestra consagración bautismal, incumpliendo con tus mandamientos.

Nosotros,  Obispos y sacerdotes, humildes siervos tuyos, apoyados en el ministerio  sacerdotal (episcopal) que nos has concedido, como apóstol, a lo cual me has llamado no por nuestros méritos, sino conforme a tu voluntad salvadora, queremos  a favor de todo este pueblo Santo de Dios, invocar la fuerza de tu Espíritu Santo, que nos permita expiar nuestros graves pecados, confiados en tu infinita bondad y Misericordia, unidos a la voluntad de Dios uno y trino y al misterio de la encarnación, con la intercesión de la  Santísima Virgen María Nuestra Madre, San José, tus Ángeles y Santos, te rogamos:

R.- Que tu preciosísima Sangre, lave Señor nuestros pecados

S.- Imploramos tu perdón, por los insultos dirigidos al Santo Pontífice, el Orden Episcopal, Sacerdotal y Diaconal, religiosos y religiosas, te rogamos:

R.- Que tu preciosísima Sangre, lave Señor nuestros pecados

S.- Imploramos tu perdón Por los ultrajes, indiferencias y horribles sacrilegios con que es profanado y ofendido el Santísimo Sacramento del Altar, te rogamos:

R.- Que tu preciosísima Sangre, lave Señor nuestros pecados

S.- Imploramos tu perdón por nuestra falta de amor, indiferencia y desprecio con que descuidamos el regalo precioso de la Sagrada Imagen de Ntra. Sra. de Coromoto, permitiendo que se deteriorara al punto de ser prácticamente imposible de contemplar, te rogamos:

R.- Que tu preciosísima Sangre, lave Señor nuestros pecados

S.- Imploramos tu perdón por todos los “peccata iniquitatis”: proferidas contra personas, instituciones y templos de nuestra arquidiócesis, te rogamos:

R.- Que tu preciosísima Sangre, lave Señor nuestros pecados

S.- Imploramos tu perdón Por los abusos y profanaciones hechos a los santos sacramentos, te rogamos:

R.- Que tu preciosísima Sangre, lave Señor nuestros pecados

S.- Imploramos tu perdón Por poner nuestros corazones en dioses distintos a ti, por las supersticiones y aceptación de doctrinas pseudocristianas, la ambición del dinero y del poder, y por los actos de ocultismo, satanismo y hechicería, te rogamos:

R.- Que tu preciosísima Sangre, lave Señor nuestros pecados

S.- Imploramos tu perdón Por las profanaciones hechas al ministerio del orden, en especial al ministerio sacerdotal, te rogamos:

R.- Que tu preciosísima Sangre, lave Señor nuestros pecados

S.- Imploramos tu perdón Por las desobediencias a nuestros superiores y divisiones provocadas a la unidad y colegialidad de nuestra iglesia, provocando profundas heridas en nuestra iglesia local, te rogamos:

R.- Que tu preciosísima Sangre, lave Señor nuestros pecados

S.- Imploramos tu perdón Por los escándalos provocados por nuestros ministros consagrados, religiosos, laicos, grupos de apostolado y otras instituciones eclesiales, te rogamos:

R.- Que tu preciosísima Sangre, lave Señor nuestros pecados

S.- Imploramos tu perdón Por nuestros pecados de índole sexual, especialmente por el adulterio, las desviaciones sexuales, la pornografía, las relaciones prematrimoniales, abusos infantiles, violaciones, prostitución y quebrantamientos de la castidad y del celibato, te rogamos:

R.- Que tu preciosísima Sangre, lave Señor nuestros pecados

S.- Imploramos tu perdón Por los atentados contra la institución familiar, especialmente contra el matrimonio constituido por un hombre y una mujer según el plan divino, te rogamos:

R.- Que tu preciosísima Sangre, lave Señor nuestros pecados

S.- Imploramos tu perdón Por los pecados de consumo de drogas, alcoholismo, ira, odios, asesinatos, narcotráfico, violencia, explotación de los más débiles, corrupción y cualquier otra forma de menosprecio a la dignidad humana, te rogamos:

R.- Que tu preciosísima Sangre, lave Señor nuestros pecados

S.- Imploramos tu perdón Por los atentados contra la sacralidad de la vida, desde su concepción hasta el momento de la muerte natural, te rogamos:

R.- Que tu preciosísima Sangre, lave Señor nuestros pecados

S.- Imploramos tu perdón Por las veces que hemos ignorado que hemos sido llamados a servir, sirviéndonos de nuestros hermanos, especialmente de los más necesitados, abusando de nuestra posición y sobreponiendo nuestro propio interés al bien común, arraigados en nuestro orgullo, soberbia y prepotencia, juzgando, discriminando, maltratando y condenando a nuestros hermanos sin misericordia, te rogamos:

 R.- Que tu preciosísima Sangre, lave Señor nuestros pecados

S.- Imploramos tu perdón Por las indiferencias, desprecios y descuidos de tu Gracia, y el descuido en el pastoreo y cuidado de las almas, te rogamos:

R.- Que tu preciosísima Sangre, lave Señor nuestros pecados

S.- Imploramos tu perdón Por los pecados públicos y privados de nuestra nación, con los que oponemos resistencia a los derechos y al magisterio de la Iglesia por ti fundada, te rogamos:

R.- Que tu preciosísima Sangre, lave Señor nuestros pecados

S.- Imploramos tu perdón en un instante de silencio, pidamos perdón por lo que interiormente el Espíritu Santo inspire en nuestros corazones (se guardan unos breves instantes de silencio), te rogamos:

R.- Que tu preciosísima Sangre, lave Señor nuestros pecados

¡Ojalá que nos fuese dado lavar tantos crímenes con nuestros actos de desagravio y amor hacia ti, por eso te rogamos que nuestra reparación sirva para expiar el honor divino conculcado, uniéndola con la expiación del Inmaculado Corazón de la Virgen María tu Santísima Madre, Nuestra Señora de Coromoto, de San José, de los Santos y de las almas buenas; te ofrecemos la satisfacción que Tú mismo ofreciste un día sobre la cruz al Eterno Padre y que diariamente se renueva en nuestros altares en la Santa Eucaristía, prometiendo de todo corazón que, en cuanto nos sea posible y mediante el auxilio de tu gracia, repararemos los pecados propios, los de nuestros hermanos y los cometidos por nuestra iglesia particular, así como la indiferencia de las almas hacia tu amor, a través de  la firmeza en la fe, la inocencia de la vida y la observancia perfecta de la los criterios evangélicos, sobre todo de la caridad, esforzándonos además por impedir que seas injuriado y por atraer a cuantos podamos para que conociéndote vivan en el cumplimiento cotidiano de tu Divina Voluntad.

Señor, principio y fin, Dios omnipotente, a ti el honor, la Gloria, la alabanza y el poder te sea dado eternamente, porque nos amas y nos perdonas inmensamente. Santo, Santo, Santo eres Señor, Dios del universo.

¡Señor Jesús, Misericordia infinita! Finalmente por intercesión del Inmaculado Corazón de la Santísima Virgen María,  te suplicamos que recibas este acto voluntario de reparación; concédenos que seamos fieles a tus mandatos, a tu Evangelio y a tu santo servicio hasta la muerte y otórganos el don de la perseverancia, con el cual lleguemos felizmente a la gloria, donde, en unión del Padre y del Espíritu Santo, vives y reinas, ante ti, toda rodilla se doble,  Dios y Señor nuestro, por todos los siglos de los siglos.

Amén.

 

Adaptación del Acto de Desagravio hecho por S.S. Pío XI

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